Rompiendo corazones.

En aquella cena recuerdo bien como fue que sucedió algo que nunca olvidaré, al igual que muchos quedan impresionados por las belleza humana, que en realidad no lo es todo, pero forma parte de un todo.

Esa noche reunidas todas mis amigas y yo, claro también había amigos, pero eran de menos importancia ya que después de haber pasado media hora, se presentó el amigo de un amigo, aquel que ninguna de nosotras habíamos visto, un chavo guapísimo, el cuál tenía una personalidad y un físico impresionante, su sonrisa deslumbrante y un cuerpo bastante ejercitado. Se robaba por completo la mirada de todas, haciendo olvidar la discreción.

Todas hipnotizadas por él, escuchando atentamente sus pláticas y olvidando varios detalles por el cuál estaban presentes en esa cena.

Era increíble la manera en que distraía las miradas, sin importarle a él ninguna de todas las presentes, simplemente pasando el rato, disfrutando del tiempo con los amigos y como siempre mostrando la mejor sonrisa, la cual al finalizar la cena ninguna de mis amigas olvidaría.