domingo, 27 de diciembre de 2009

El dinero no lo es todo.


Era una niña consentida, lo tenía todo. Cosa que pedía, cosa que enseguida tenía frente a mí.
Vivía con mis padres en LuckyVille, lugar en donde había casas enormes y super lujosas, la cuál una de esas era la mía.
Me fascinaba tener una casa tan grande, con alberca, muchos cuartos, baños con jacuzzi, cuartos de juego y de televisión, todo, la casa lo tenía todo.
Iba en la mejor escuela de todas, aquella a la que asistían chavos como yo, de nivel tanto social como económico muy alto.
Todo eso hubo un momento en el que ya no me hacía tan feliz, ya veía las cosas de diferente manera, ya no exigía tanto, consideraba ya no pedir demasiado para mí, sino para ayudar a los que no tenían nada.
Con el tiempo fui dandome cuenta de que el dinero no lo era todo, solo era un complemento para llevar una vida adecuada y poder salir adelante. Pero además podía ayudar a aquella gente que lo necesitará .

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