Los inteligentes deliberan y los necios deciden, mi padre decía eso siempre que algo no salía bien. Todos los días me recordaba que había que pensar las cosas antes de actuar, que no por inercia debía adelantarme. Hay decisiones difíciles que no son tan sencillas de tomar. Recuerdo muy bien sus palabras.
El mundo no da tantas alegrías como las que quita, otra típica frase de él. Debido a la mayor pérdida que hemos tenido, la de mi madre, por aquel desastroso incidente no extraño en estos tiempos, por ese maldito fenómeno natural que nos arrebató a mi madre, sin ninguna explicación.
Después de eso no encontraba salida y maldecía todo lo que veía al pasar, mi padre con calma me hacía reflexionar y me decía es mejor callar aparentando ser idiota que abrir la boca y disipar sospechas, él siempre con frases tan ciertas y sinceras, sin enredos, haciéndome sentir mucho mejor y tratando de olvidar sufrimientos.
Hace tiempo la vida era más complicada, ahora todo es de mente más abierta y ya nadie se asombra de nada.
Recuerdo en alguna platica con mis amigos, cuando uno de ellos dijo que las traducciones se parecen a la mujeres: cuando son bellas no son fieles y cuando son fieles no son bellas, cosa que no considero cierta, ya que somos seres humanos y cada uno actúa como quiere. Cuando el amor llega es algo difícil de dejar y de olvidar fácilmente.
Entre esa chara como todos los hombres salieron sus aventuras de uno que otro fin de semana en el table dance, reconociendo que cobran muy poco las putas por todo lo que dan, y mencionando con tonos de emoción la descripción de algunas de ellas y al menos escuchando tanta tontería me alegraban la vida y hacían olvidarme de momentos desagradables que tumbaban mi ánimo.