Se conocieron en una granja, el perro y la cochinita.
La cochinita siempre había pertenecido a ese lugar, ahí había nacido, compartía con los demás animales que había en la granja. Hasta que un día llego un perro, que parecía estar perdido, pero no tenía porque asustarse, seguro que la ama lo aceptaría y dejaría que se quedara a vivir con nosotros. Así fue, se quedó en la granja y él y la cochinita se empezaron a llevar muy bien, hasta tomar otro rumbo, que ni ellos mismos se imaginaban. Había una atracción muy fuerte entre ellos, sorprendidos por ese sentimiento, creían estar mal, pero no era así, en verdad se habían enamorado uno del otro.
Compartir tiempo juntos los fue uniendo cada vez más, hasta lograr cambiar sus sentimientos, uno por el otro.
Ese sentimiento fue creciendo más y más hasta lograr unirlos para toda la vida y hacerlos tan feliz que nunca les haría falta nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario