Alejandra llevaba una vida de super modelo, pero no le iba nada bien respecto al amor y con la familia. Su vida era un poco complicada, tenía uno que otro problema, pero siempre se hacía la fuerte y enfrentaba todos y cada uno de sus problemas con la frente en alto y haciendo lo que más le apasionaba, que era modelar.

Tenía todo gracias a esa carrera, a la cuál le había sacado mucho provecho, ya que tenía mucho que aportar, era bonita, delgada, toda una modelo. Pasarela tras pasarela, sesiones de fotos para revistas, reportajes, todo absolutamente todo.

Tenía dinero, casa, autos, todos los lujos que nunca imaginó que podría llegar a obtener.

Para ella todo estaba perdido, sus padres la habían abandonado, desamores siempre tenía, pero a ella nada de eso le afectaba, veía las cosas de diferente manera, que hacía más sencilla la vida.

Miraba a su alrededor y con ojos de alegría siempre se decía: ¡Yo puedo! Todo esto yo sola lo he conseguido.

Con el paso de los años encontró al amor de su vida, y formó una familia con la cuál fue tan feliz, que olvidó por completo aquel sufrimiento que había sentido hace unos años. Ahora nada le hacía falta, tenía dos hijas hermosas un esposo encantador el cuál la amaba realmente.

Tiempo después continúo con su vida de modelo y todo fue perfecto.