Era mi cumpleaños, no esperaba ningún regalo, solamente quería convivir con las personas a las que más querían y que significaban tanto para mí.
Cumpliría 18 años, la mayoría de edad aquí en México, mi madre me había organizado una comida para festejar, había invitado a toda la familia y también a algunas amigas y amigos míos, bueno al menos eso era lo que me había dicho.
Pero jamás imaginé que llegaría a mi casa y en mi cumpleaños la persona más importante para mí en esos momentos. Era Santiago, mi amor de mucho tiempo, con el que había compartido tantas cosas que hasta yo me sorprendía, pero tuvimos que terminar por un tema bastante fuerte, pero eso había quedado atrás.
No lo podía creer, lo estaba viendo. Me miró, me dio mi abrazo y me felicitó, pero como siempre tan detallista no podía faltar mi regalo, lo abrí toda entusiasmada, era un dije increíblemente hermoso de mariposa con un gran brillo y de mi color favorito, rosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario